Haces acopio de toda la fuerza de que dispones, alguna de ella almacenada en rincones de ti mismo que ni sabías que por ahí estaban. Fuerza y firmeza, aderezadas con ternura y disfrazadas de calma y serenidad. La serenidad que esos ojos inocentes necesitan ver cuando su compañero que no entiende de reglas ni de compañerismo aún, de un tirón le arrebata su juguete, y no contento con eso, le da con todas sus fuerzas con él en toda la cabeza. Cuando su pequeño cuerpo, que aún no guarda bien el equilibrio se derrumba ante obstáculos, a veces inexistentes, y más que daño es el miedo ante su propio sobresalto el que le provoca el llanto. Cuando echa de menos a su madre; cuando ha de esperar a que la seño, que solo tiene dos manos, aunque intenta multiplicarlas, y raras veces no lo consigue, acabe con los que hoy les ha tocado comer los primeros, ayer le tocó a él, pero él no entiende de turnos, ni de justicia. Cuando los mocos le cubren la cara, y tú solo ves la urgencia de dejarle la nariz y esos mofletes blanditos, limpios como una patena; cuando cambias los pañales, y la vista y el olfato desaparecen; cuando pones el mismo zapato más de cien veces en el mismo pie; cuando debes calmar el llanto y enjugar unas lágrimas. Cuando atender a todos a la vez, sus urgencias y las propias de la tarea que te ha sido encomendada, te convierten en poco más que una estela que se mueve de aquí para allá, sudando y jadeando. Entonces tú solo cantas. Cantas porque a ellos les gusta, se acercan a ti y, cuando terminas la canción, algunos te dicen "más", y como son ellos los que mandan, aunque pensemos que no, tú sigues cantando, todo el tiempo la misma canción. Llegamos al momento de su recogida por los padres y, mientras esperamos, les das a elegir: "¿pongo a Pingu en la tele o seguimos cantando?" Y con una sonrisa gigante y los ojos más limpios que se puedan ver, solo en la cara de un niño, contestan: "cantar". Y entonces, con toda la firmeza y fuerza, ternura, calma y serenidad con que llegaste esta mañana les sigues cantando, pensando que aún siguen teniendo preferencia el contacto y la voz humana sobre dibujitos y música tras una pantalla artificial. Es el amor por nuestros semejantes que viene de fábrica, y su olor, su voz y su contacto vienen grabados de forma sagrada en nuestro corazón..., y "las mañanitas de primavera" que devuelven al mundo toda su alegría y su color.
No soy madre, no. No lo seré, pero soy maestra.
P.D. He buscado la canción en youtube pero no aparece. Sólo puedo dejar la letra: "En las mañanitas de primavera. En las mañanitas del mes de abril. Canta el ruiseñor y florecen los rosales, mientras juega el aire en el fondo del jardín".
Cómo haces para emocionarme una yotras vez!!!
ResponderEliminarHablas de “Las mañanicas del mes de mayo”
ResponderEliminarPoema de Lope de Vega;
En las mañanicas del mes de mayo
cantan los ruiseñores
Retumba el campo
Las mañanitas como son frescas
Cubren los ruiseñores las alamedas
Riense las fuentes tirando piedras
a las florecillas que están más cercas
Vistense las plantas de varias cedas
que sacar colores poco les cuesta
Los campos alegran tapetes varios
cantan los ruiseñores
retumba el campo
Sale el mayo hermoso
con los frescos vientos que le ha dado marzo
de céfiros bellos
Las lluvias de abril flores le trajeron
púsose guirnaldas en los rojos cabellos
Los que eran amantes amaron de nuevo
y los que no amaban a buscarlo fueron
Y luego que vieron mañanas de mayo
cantan los ruiseñores
retumba el campo.
Lope de Vega