El final de un año, por alguna razón, siempre está cargado de melancolía. Una ligera tristeza nos invade por dejarlo atrás. Y es que en esta vida a nadie le gustan los finales, sean felices o tristes. No es más que el apego el que nos hace resistirnos a dejar atrás, el apego a lo conocido y el miedo a lo desconocido. Pero la vida es un transitar por distintos ciclos, unos más adecuados que otros para ciertas tareas. Aunque lo único seguro es, se trate del ciclo que se trate, que la vida solo es plantar y recoger, plantar y recoger... No se trata de construirse una vida, como algunos dicen. Solo plantar y recoger.
La imagen es un detalle de una obra perteneciente a la colección de la Vinoteca alemana, en Muxia, A Costa da Morte. Desconozco el autor de la obra.
martes, 31 de diciembre de 2013
martes, 17 de diciembre de 2013
La pasión y la sentencia
Bajo los poros de la piel de ella surgieron fuertes deseos de amarlo, pero él no estaba interesado. Ella, dolida y despechada, lo denunció a las autoridades.
- Júzguelo con dureza, Señor juez, no quiere amarme.
El juez, tras examinar las pruebas del caso, con voz firme dictó sentencia:
- Sin el rastro de la lucha y las marcas propias de la pasión en los cuerpos de los amantes, no hay crimen.
viernes, 6 de diciembre de 2013
El día que aprendió a volar
Se fue alejando dando pasos hacia atrás con una sonrisa en la cara.
Veía como se alejaba de espaldas al mundo, hasta que lentamente su rostro se diluyó entre la multitud.
Las últimas palabras que le dirigió fueron:
"Créeme, estarás mejor sin mí."
En ese momento se abrió bajo sus pies un agujero sobre el que fue caminando cada día, con la delicadeza y cuidado del equilibrista. Hasta que, finalmente, aprendió a volar.
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