miércoles, 26 de septiembre de 2012

Día de insomnio


Mis gatos duermen todo el día, se lamen y acarician,
se dan calor, y
como una losa cae sobre el mundo
el oscuro y  triste otoño,
que con su lastimero llanto
contagia a todos su penosa canción.

Un día entero en casa tratando de escribir.

He buscado buena compañía,
hoy, libro de cabecera:
 "Mi corazón al desnudo", C. Baudelarie,
y ahí está Charles, en la portada del pequeño libro,
no me mira,
mira al infinito,
pero me intimida,
y en bajito pienso,
"¡qué será lo que pretenderé escribir yo
con tremendo gigante a mi lado, casi mirando!"

Hoy quiero escribir...

...encefalograma plano.



Huétor Santillán (Crónicas de una excursión)


 

I.   UN VIAJE

Fue recién entrada la primavera del año 1989. En los primeros días del mes de abril. Y aunque en este mes de abril el frío se resistía a irse, el sol trataba de ganarle la batalla, así que los días se presentaban soleados para recordarnos el verano que se aproximaba sin remedio y, fríos, para no olvidar de dónde veníamos.

La idea era desde hacía tiempo hacer una escapada de fin de semana, que sería la primera en la vida de algunos de nosotros. Fue Pilar, la que insistió en organizarlo, y llevarnos a una casa maravillosa, preciosa, (y todos los "-osas" que se le podían añadir) en el municipio granadino de Huétor Santillán. 

No costó mucho organizarlo, todos estábamos deseosos, así que viernes tarde, y aquí estamos nerviosos, ansiosos y desesperados por montarnos en el autobús que nos acerque un poco más a todo un fin de semana de diversión, de fiesta y de esa camaradería que compartimos desde hace tiempo y que tanto nos gusta.

Somos once los que vamos pero llegaremos separados, porque algunos de nosotros están trabajando y no pueden venirse tan pronto. Otros cuantos somos estudiantes universitarios de primer año; somos los que nos vamos de avanzadilla.

Cuando lleguemos tendremos que esperar al segundo grupo en el "mini bar" del pueblo que hace las veces de estación de autobuses. Porque ni sabemos donde está la casa, ni tenemos llaves, porque como ya dije antes, es Pilar la que "dirige la maniobra".

Llegados al lugar, sólo nos queda esperar sin saber muy bien ni qué hacer. Nuestra actividad mientras esperamos consiste en hacer el tonto, bromear, charlar y...poco más.

Llama bastante la atención de este, cuanto menos, pintoresco lugar, la cantidad de latas gigantes de tomate frito que hay. Todas apiladas formando altas columnas. Creo que no he visto tanto tomate junto en ningún sitio que no fuera un supermercado y, aún así...

Sigilosamente, como suele hacerlo, la noche va llegando, y con ella los que faltaban. Por tanto, ya estamos dispuestos para emprender el corto camino que nos separa de nuestro breve pero festivo destino...

(CONTINUARÁ...)

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Caerse (STOP)

Caerse (STOP)
Caerse en mitad de la calle (STOP)
Caerse en mitad de la calle a una hora punta (STOP)
Caerse en mitad de la calle a una hora punta delante de tus compañeros (STOP)
Caerse en mitad de la calle a una hora punta delante de tus compañeros y con las manos ocupadas (STOP)
Caerse en mitad de la calle a una hora punta delante de tus compañeros y con las manos ocupadas con dos tortas de chocolate (STOP)
Caerse en mitad de la calle a una hora punta delante de tus compañeros y con las manos ocupadas con dos tortas de chocolate cada una en una mano (STOP)

Hora del recreo (STOP)
Turnos para salir a comprar bocatas y tortas, a elección de cada uno (STOP)
Inma y yo tenemos turno hoy (STOP)

Cruzamos la carretera (STOP)
Hacemos cola, compramos encargos y salimos de nuevo a cruzar la carretera (STOP)

Una torta de chocolate en cada mano (STOP)

Me dispongo a elevar mi pie para subir el pequeño escalón que hace el suelo con el asfalto de la carretera, (¡maldito asfaltado desnivelado!) (STOP)

Mi nariz estampada contra la carretera (STOP)
Las manos en alto cada una a un lado (STOP)
Un zapato por ahí esturreado (STOP)

¡¡LAS TORTAAAAS!! (STOP)

Las tortas totalmente intactas (STOP)

Las tortas totalmente intactas con cinco dedos cada una incrustados (STOP)



domingo, 16 de septiembre de 2012

La segunda madrina


El momento de mi nacimiento marca mi carácter...
y no sé si por suerte si por desgracia,
este me obliga a pensar...,
a echar a rodar mi cabeza
en un movimiento circular
sin principio ni fin.




Pensamientos que han forjado un mundo interior,
un mundo propio y particular
donde me encuentro en mi lugar.

Hablo de mí
aunque, en realidad, no soy yo.
Es el mundo en el que vivo el que me inspira,
con sus gentes, con sus músicas, con su arte,
con sus colores, con sus olores,

con sus niños,

con su humor y alegría,
con sus problemas, con sus vidas,
a veces, con su crueldad,
a veces, con su ternura.

No puedo vivir sin la gente,
me encantan y me superan las risas, las bromas,
el afecto y el cariño sincero...
que solo lo encuentro y me satisface
en mi familia, en mis amigos..., en mis niños.

Hay que dejar madurar la fruta de la vida
para entender que cada uno tiene su manera,
y que no es malo ni bueno,
solo un tesoro particular.

Por ello, doy las gracias a los que me dan su cariño...
y un beso precioso diciéndome:

" ¡ay, si es que esta Pili no cambia!"

Impuntual, un poco lenta al pillar chistes, ingenua y crédula...

pero con una gran capacidad para disfrutar, apreciar
y amar profundamente a los que me aprenden a valorar.

viernes, 14 de septiembre de 2012

La tontura* hecha pregunta

No hay nada más tonto que un adulto,
y si es un zapatero, ya para qué vamos a hablar más.

Hay veces que la sorpresa que nos llevamos con sus preguntas absurdas
es mayúscula.

A mi amiga I se le han roto sus zapatos,
y he ido con ella a llevárselos al zapatero para que los arregle.

Pasados unos días hay que volver para recogerlos.


Vuelvo a ir con ella el día señalado.

Entramos al tallercito,
impregnado del olor a cuero, cola y suelas desgastadas.

Pregunta el zapatero:

- ¿cuáles eran tus zapatos, niña?

¿¡Hábrase visto pregunta más insulsa, sin sentido, tonta al fin!?

Y como no es de extrañar, responde mi amiga con aplomo y desparpajo:

- ¡Pues unos que estaban rotos!

Si es que la infancia o, en este caso, la preadolescencia es lo que tiene,
que las cosas son lo que son
y tó lo demás sobra. 

* Voz autóctona de mi pueblo para referirnos a la tontera: tontería, simpleza. Definición tomada del   
 Diccionario de la RAE.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

"Mari Pili y Adalberto..."

Noche de trasnoche, según parece.
Hoy el sueño se niega.
Y aunque no pretendo hacer de este blog un diario, 
la técnica hoy me falla, y ante la falta de un blog que inspire, pido cobijo a mis cometas, 
que sé que me lo darán, 
pero sólo hasta que Miscelánea deje de serlo,
aunque quizás aquí se quede para siempre. 

Noche de músicas, como no, mi musa...

En tirantes y pantalón corto, 
abierta la ventana, y por dejadez, la lámpara del techo encendida.
Y una música que, al estilo del mejor Cyrano, 
"con una voz que me trae recuerdos de un modo veloz".





Son las tantas en la madrugada, 
y yo sola, con un silencio que aplasta, 
me enfrento conmigo misma,
y ante un pequeño radio cassette 
toda la noche la música suena.
El cansancio puede conmigo, 
pero ¡aún queda tanto que estudiar!
Si supero la barrera de las tres de la madrugada
quizás pueda llegar al amanecer, 
porque si me acuesto ahora, 
mi plan de madrugar...
me conozco y no va a resultar. 
Descanso un poco, 
dejo la mirada perdida en el infinito
y me concentro en la música,
y en la voz del locutor que transmite saludos
de otros chicos que están como yo
(mal de muchos...),
cinco, diez, quizás quince minutos.
Un sobresalto en el estómago me trae de nuevo:

- ¡el examen!

Y vuelta a empezar.

Unos pasos sigilosos se oyen en el pasillo,
una puerta que se abre, 
es mi padre, que con cara adormilada y sonriente pregunta:

- ¿no te acuestas todavía?

Y así van pasando las horas, 
entre folios, subrayados, repeticiones y canciones.

Son las siete de la mañana y esto, ya se ha terminado.
Desde las seis espero con impaciencia a
"Mari Pili y Adalberto, un matrimonio perfecto",
historietilla breve y graciosa que anuncia 
"el fin de fiestas". 
En un rato se levantan los hermanos,
prisas y nervios,
desayunar y a clase.