martes, 25 de marzo de 2014

Cielos


Las tardes primaverales libres siempre me traen recuerdos de aquellos años en que uno comenzaba a vivir por libre, será que me estoy haciendo vieja, que aunque quede mucha guerra por dar, se vuelve uno más melancólico por el tiempo pasado. En el instituto no tenía ni idea de qué era una tarde libre, si no era en períodos vacacionales. Recuerdo mis tardes siempre encerrada estudiando, salvo aquellos días en los que mi amor incipiente me hacía saltar a la calle con la excusa de estudiar para algún examen de Filosofía. ( http://saltando-enlos-charcos.blogspot.com.es/2012/02/amar.html) Hasta que decidió que no era yo la que se quedaría en su vida. A partir de ese momento, ya no hubo más tardes libres. Solía dedicar el tiempo libre que tenía (más bien el que improvisaba, dadas las circunstancias) a derramar ríos de lágrimas escondida en cualquier rincón. Es curioso como funciona el recuerdo. Hoy he tenido mi primera tarde primaveral libre. Siempre suelo contar con alguna, fría como ella sola, así es ella, cambiante y caprichosa, pero con un cielo que ha traído al recuerdo aquellos días de estudio, y más concretamente, el año en que escogí Historia del arte. Es pasado el tiempo cuando descubres que disfrutabas con aquellas horas de estudio, precisamente ahora, cuando no consigo arrancar de mi memoria ni a un solo pintor que pintara un cielo como el que hoy he podido admirar desde mi corto paseo entre-casas y que me ha traído recuerdos de aquellas horas que dediqué al estudio de tan artística materia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario