sábado, 12 de abril de 2014

Ideario II


No llevamos dentro a la Madre Tierra,
es que somos la propia Madre Tierra. 
Antes solía pensar que "otro mundo es posible". Pero según pasa el tiempo, más personas conoces y,  por ende, vives ciertas experiencias directa o indirectamente, me doy cuenta de que no es posible. Sólo cabe confiar en la bondad de algunos que con sus acciones anónimas, y hago hincapié en anónimas, puesto que la publicidad, en este mundo, desvirtúa las acciones y las vuelve interesadas y al servicio únicamente del propio ego, con lo cual dejan de ser válidas para los intereses que persigan, hacen que las vidas de otros mejoren en la medida que se pueda. Cada día me reafirmo más, tristemente, en la premisa que se ha convertido en una constante en mi vida, puesto que he perdido, a niveles generales, la esperanza en el ser humano como hacedor de cambios que conviertan el mundo en un lugar solidario, pacífico, desprovisto de intereses individuales en pro de intereses universales: algún día, la tierra será un buen lugar para vivir para todos los seres vivientes: el día en que el ser humano esté extinguido. Lo hará más pronto o más tarde, es ley de vida, a pesar de aquellos que piensan que estamos por encima de las leyes del Universo. Y todas aquellas genialidades de las que somos capaces, siempre que nos guiamos por la sinceridad única del amor, se perderán para siempre.

Esto es lo que pienso, aunque a nadie le importe. 


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