martes, 17 de junio de 2014

Programados para olvidar

...Y menos mal.

El hombre es pura emoción. Amor u odio, en cualquiera de sus modalidades. Y menos mal que el olvido y esa capacidad de adaptación que poseemos las apacigua. Hace un tiempo escribí que vivimos con la conciencia de la muerte pero no con la de que un día hemos de morir y..., menos mal. Pero cuando la vida no te da tregua y no te deja olvidarla cuando alrededor tuyo solo se marchan personas, que aunque no son familia, forman parte de tus días, algunos desde la niñez, muertes, en ocasiones, naturales, no tanto en otras, el sentimiento de equivocación con respecto a la propia vida es cada vez mayor. Quizás deberíamos vivir con la conciencia de que moriremos, en cualquier momento, desde ahora mismo hasta quién sabe qué minuto en ese desconocido lugar que es el mañana, el después.

Cuidar nuestra vida, efímera y sangrante, a veces, cuidarla y mimarla como a indefenso bebé. Esa debería ser nuestra prioridad cada día al amanecer.

Pero venimos programados para olvidar, no sé si para bien o para mal.

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