miércoles, 30 de mayo de 2012

Patitos


¡Todas las mañanas lo mismo!

¡Qué fastidio!

Mi madre que abre las ventanas y nos despierta.

- Vamos, que llegamos tarde al colegio.

Siento una sensación extraña...
desearía diluirme entre las sábanas
y que nada de lo que está sucediendo fuese real.

De repente, con muy mal humor me encuentro en la cocina,
toda arregladita, repeinadita, 
con el mismo uniforme oscuro y feo de todos los días. 

- ¡No te vayas a manchar!

Tengo que desayunar.

(Pero si yo lo que quiero es seguir durmiendo...
y no ir a esa jungla de gente, números, letras, obligaciones,
colores, papeles, regañinas, lápices y gomas...
¡tengo solo siete años!)

Me prepara mi madre mi vasito de leche...
con unos patitos de galleta que difícilmente olvidaré.
Hoy no tengo ganas de comerlos,
pero las tendré el resto de mi vida, 
cada vez que con el vaso de leche preparado
abro el armario de la cocina 
y busco galletas con las que colmarlo.





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