jueves, 24 de octubre de 2013

No estáis solos

Pincha en la imagen
En el día de hoy mi pueblo alza su voz contra un gobierno que aplasta y pisotea derechos fundamentales. Mi pueblo se levanta y manifiesta y exige sus derechos. Exige el cese de unos recortes que aniquilan una educación pública de calidad, una sanidad universal, pilares de una sociedad moderna, democrática y competitiva. Y yo, inmersa en mis cotidianas disquisiciones mentales, me viene a la mente una cita de M. Ghandi que dice así: "Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible".  La vida es un todo indivisible. Y pienso que de qué nos puede servir exigir derechos si nuestro futuro está vetado, comprometido, cuando multinacionales y petroleras pretenden seguir sacando tajada de un ecosistema, el único que hasta ahora nos permite vivir cómodamente en unas condiciones favorables, que se haya ultrajado, esquilmado y mal herido. Siempre digo que los problemas a los que nos enfrentamos son problemas de educación, pero de educación desde la misma base. De un sistema educativo elaborado para conseguir unos fines concretos al servicio de unos pocos. Debemos darnos cuenta de que el ser humano no es ajeno al entorno que le rodea, dependemos de él, tanto nosotros como cualquier otra forma de vida aquí existente. Y pienso si el cimiento sobre el que se sustente un nuevo orden, un nuevo sistema educativo, no deba ser el respeto por el medio ambiente, sin trabas, sin excusas, sin fechas.

Hoy escribo esta entrada porque me uno a la voz de todos aquellos que nos sentimos presos, al igual que los treinta activistas de Greenpeace, en una cárcel de Rusia, desde hace más de un mes. Sólo pretendían desplegar de forma pacífica una pancarta de protesta en contra de exploraciones petrolíferas en el Ártico llevadas a cabo por la petrolera Gazprom. Fueron detenidos como terroristas, y hoy se enfrentan a una condena de quince años en prisión. Su única culpa: defender de agresiones una de las piezas clave del mantenimiento del clima actual en nuestro planeta, el Ártico. Al fin y al cabo, defendernos a todos y a las generaciones venideras, que serán ellos, los que en su mayoría, sufrirán las consecuencias.

Pidamos su liberación y exijamos nuevas leyes que protejan el único bien que poseemos, después de nuestra propia vida, que es nuestra casa. El día que este nos falle, de nada nos servirá todo lo demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario